Un grupo de mujeres, estudiantes de la Universidad Pontificia Bolivarian
a, crearon un movimiento. Trece mujeres, que se definen a si mismas como flores y que se diferencian por su color.
Amarilla, roja, blanca, violeta, naranja, rosada, escarlata, azul, entre otras, son las artífices de este movimiento, las mismas que se encargan una vez al mes de sacarle una sonrisa a los hombres recorriendo la cuidad de Medellín.

Amarilla, roja, blanca, violeta, naranja, rosada, escarlata, azul, entre otras, son las artífices de este movimiento, las mismas que se encargan una vez al mes de sacarle una sonrisa a los hombres recorriendo la cuidad de Medellín.
¿COMO NACE?...
La idea de este movimiento, que para muchas mujeres puede resultar como un atrevimiento, nació en las aulas de clase.
Luego de realizar un trabajo en grupo, dos compañeras, la “Amarilla” , Valentina Bustamante, y la “Roja”, Marcela Peláez, para terminar con pie derecho la función deciden repartir flores a los hombres asistentes.
“Yo seria feliz si repartiera flores en la calle a la gente y que a cambio recibiera una sonrisa”, terminando de decir estas palabras “Amarilla” compra un ramillete de flores del mismo color y comienza ese mismo día a repartirlas en el Parque del Poblado.
La flor “amarilla”, que se define así misma como una princesa que no se cansa de esperar, una mujer pasiva e inteligente, poco coqueta y a veces estúpida, no pensó que a este movimiento se le fueran a unir tantas mujeres, todas con la idea de acabar con un cliché cultural, el machismo.
OTROS MOVIMIENTOS...
Así mismo empieza en el 2004 en Sydney, Australia, un hombre que después de superar varios problemas personales y buscando un apoyo, decidió dar abrazos gratuitamente a la gente de la calle.
Los abrazos de este hombre, conocido como “One mann”, han roto las fronteras hasta convertirse en un movimiento mundial, Free Hugs Compaign, al que se le han unido varios países del mundo incluido Colombia.

Pero las flores no pretenden imitar a este hombre, han nacido con ideas muy distintas, acabar con tanto machismo, pero es muy difícil y más en una cuidad como Medellín donde la gente es tan conservadora.
No ha sido fácil, varias de las flores se han ganado insultos y calificativos de atrevidas, pero también sonrisas y buenos comentarios de parte de muchas mujeres que quisieran hacer lo de ellas.
Por ese tipo de comentarios es que Amarilla en compañía de sus demás compañeras salen cada mes, repartiendo flores, deteniendo el tiempo por un instante para sacar a las personas de lo cotidiano, cambiarle el momento al que esta triste y solitario y darles el mensaje de que el mundo es otra “vaina”.
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