LO QUE NOS QUEDA…
El Jordán consumido por el tiempo y el polvo, es el reflejo de la incesante lluvia que trajo abajo sus paredes de tapia, bareque y boñiga. Sus puertas y el techo que alguna vez acogieron a importantes personajes como Tomas Carrasquilla o Jorge Eliécer Gaitán, hoy se encuentran agrietados.
Del sonar del bambuco y los pasillos se pasó a un silencio que acaba con la esperanza de muchos clientes que esperan ser recibidos, como era costumbre, con un aguardiente en la mano.
LO QUE ALGÚN DÍA FUE…
El Jordán fue fundado en 1891 en toda una esquina de la loma de Robledo, por Rubén Burgos.
Contaba con tres salones para comer y beber, billares dispuestos para el entretenimiento y en la parte trasera, dos piscinas que eran bastante concurridas, ya que para la época de los 50 y 60 era el único lugar que contaba con este tipo de lujos.
El bar adquirió tanta importancia que muchos de los edificios, farmacias y tiendas de abarrotes que lo rodean tomaron su mismo nombre.
Lo que empezó siendo un sueño para Rubén término siendo un lugar representativo para toda la ciudad.
EL OCASO…
En el 2007 llega la navidad y con ella el cierre del Jordán, La familia Burgos recibió varias propuestas por parte de constructoras privadas para la demolición del lugar, pero fue el Municipio de Medellín el que se puso al tanto de los hechos y entró en conversaciones con la familia.
De 116 años de historia sólo queda en el recuerdo la nostalgia de verlo muerto.
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