martes, 28 de julio de 2009

CAOS EN LA CULTURA

Por: Pamela Morales Velásquez
De un tiempo para acá, la ciudad de Medellín ha sufrido grandes trasformaciones en infraestructura física, todo con el fin de reducir los índices de accidentalidad, mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y colaborar con el medio ambiente.

El tráfico vehicular se ha convertido en un dolor de cabeza para la Alcaldía de Medellín, que ha implementado ciertas medidas que no han tenido los resultados esperados.

El Pico y Placa, una medida restrictiva para el ordenamiento del tránsito en las vías públicas, donde se impide la circulación de algunos vehículos, empezó siendo un día, dos horas en la mañana y en la tarde, ya va en dos, y a mi modo de ver las cosas, no ha sido muy buena la medida, lo que hizo fue simplemente pasar la hora pico de las seis a las cinco de la tarde.

El número de vehículos y las ventas en los concesionarios han aumentado, pues las familias prefieren comprar un segundo carro para no verse afectados por la medida, contribuyendo de una manera notable al tráfico y a la contaminación. Y no siendo suficiente con los carros particulares, la invasión de motos, llegó a completar el cuadro de locura que se vive a diario en la ciudad de Medellín.

Las motos que por su falta de cultura y respeto por el otro, han aumentado la accidentalidad de forma considerable, también se les impuso la norma del Pico y Placa para las motos de dos motores, pero un cambio significativo no hay.
Pero el trasporte público es otro caos, pues hablar de él en Medellín, es hablar de retrasos y engaños.

El Metroplús es un sistema integrado de trasporte, obra física que permitirá la integración de tarifas y a su vez organizará el trasporte público de la ciudad, estaba supuesto a empezar su servicio el primer semestre de 2009, pero por retrasos en la construcción, las obras no podrán ser entregadas aún y quién sabe hasta cuando habrá que esperar, porque cuando se habla del tema, la respuesta inmediata es la falta de recursos económicos para culminar las obras, pero no se habla de soluciones. Mientras tanto los vecinos de los barrios intervenidos tienen que padecer el ruido y la contaminación que las construcciones dejan.

El tema de movilidad siempre será un problema en las grandes ciudades, especialmente en la de nosotros, que geográficamente no es tan grande comparada con otras, pero que esta sobrepoblada por vehículos y personas poco cultas.

Los nuevos proyectos de infraestructura y las medidas tomadas para reducir el tráfico vehicular han sido beneficiosos, sin embargo el uso que les hemos dado no ha sido el apropiado, es necesario trabajar en cultura ciudadana para que los proyectos tengan un impacto positivo donde todos salgamos beneficiados.
PAMELA MORALES VELÁSQUEZ